La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer...

sábado, 3 de mayo de 2008

Encadenado


Hace algo más de dos años el señor Federico Moccia inició todo en su libro "Ho voglia di te", en el que los dos protagonistas sellan su amor poniendo un candado con sus nombres en la tercera farola del puente de Milvio, que pasa sobre el Tiber, en Roma, y tirando después la llave a sus aguas. Pues bien, la gente ha seguido este acto ficticio y lo ha tomado como tradición, y ahora las farolas del puente de Milvio lucen millones de candados adornados con nombres de parejas... y no sólo eso, se ha contagiado a otros puentes de la ciudad, y a otras ciudades, Nápoles, Verona, Milán...
Así que yo, que soy un sentimental, he ido a buscar mi candado, uno muy bonito, una réplica de un candado de 1800, tremendo... Cuando pueda iré a Roma, y lo pondré en la tercera farola del puente de Milvio... sólo me falta una cosa, un nombre junto al mío en el candado... tiempo al tiempo.


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