Niño de nuevo

"Qué es lo que sientes Peter? Por qué no ríes como antes?" Preguntó una de las sirenas mientras Peter flotaba encima del agua observando las luciérnagas.
"Hace tiempo que he crecido. Me gustaría volver a ser un niño. Los niños tienen menos problemas, no trabajan ni se enamoran mientras juegan" respondió Peter. Se deslizó suavemente sobre el agua y se posó en un tronco para ver mejor a su sirena.
"Sabes? Quizá invente una manera de desandar el camino, de volver a donde estaba, aunque si lo pienso no es lo mismo, además se borraría mi experiencia? Cómo si nunca hubiese sucedido?
La sirena pensó unos segundos.
"Puede ser querido Peter, puede que nunca lo recuerdes, se irá lo malo, pero también se irá lo que has amado y solo te sentirás vacío. Tu tristeza no se irá".
Ahora el que pensaba era Peter, miraba el cielo, sus estrellas, su Luna...
 "De mayor todo es más complicado, lo complicamos nosotros al crecer, queriendo ser alguien o no serlo según nuestro parecer. Nos centramos en cosas cuya importancia se va diluyendo con el tiempo y cuando ejar de ser algo que ya no queremos ser. Por eso quiero ser niño, para jugar a piratas, o a indios o a lo que sea y ser eso solo mientras me divierta".

nos damos cuenta ya no podemos hacer nada, o nos cuesta una vida d

Bate palmas

 "Creo, Campanilla, que mi corazón he perdido, ya no es negro, creo que simplemente no lo tengo aquí dentro" dijo Peter señalándose el pecho.
Campanilla lo miró con tristeza, preocupada. Voló hasta la altura de su cara y batío palmas muy fuerte, sonriendo.
"No es algo que se cure con palmadas, creo yo que esto, necesita abrazos... pero tu no puedes abrazarme, eres un hada... "
Campanilla se sentó a su lado de nuevo, hacer nada podía. Lo miró desde allí abajo, compungida.
Y es que a veces, ser un hada nada ayuda, aunque se tengan poderes como los que ella tenía.
"No te preocupes, Campanilla, dicen que todo el tiempo cura, solo hemos de esperar. Quizá algún día seas grande y puedas darme tu un abrazo"

Nubes

Errático en la noche, vuelve el Lobo a su cornisa, con esfuerzo planta su pesada zarpa,
alza la vista y nada pasa,
esta noche no le aullará a nada.
Dónde estabas Niño Lobo?, de vuelta quizás el viento te ha traído...
Mira a su amada con la mirada perdida,
cómo relucía en otro tiempo!,
ahora las nubes tapan su sonrisa
y no le quedan fuerzas para hinchar su pecho, esta noche no le aullará a nada.

No te quedan lágrimas, Lobo del Invierno, secadas han sido ya hace tiempo.

Luces y Langostinos

   Que bueno es tener cerca a la familia, en realidad es lo bueno de estas fechas, que ves a tu gente. Por lo demás es un poco lío, cenas de empresa, cenas de amigos, cenas de otros amigos, oye vente de cañas, vas a salir no?, vamos a ver, que no tengo un pavo. Podíamos ir de paseo y pipas nadiveño por un año?.
Aquí en Nunca Jamás cenamos todos juntos el día de Nochebuena, este año tocaba en el barco de Garfio, pero me huele a trampa y hemos decidido ir al campamento indio. Así que me se de uno que va a pasarse toda la noche maquinando. Espero que los indios tengan langostinos, y que se acuerden de mí porque encima de que voy de gorrón que sepan quien es el que les gorronea, vaya historias... Es lo que tiene ser Peter Pan, no tengo dinero, ni bolsillos en las mallas. Pero puedo ayudarles a vencer piratas, eso sí. O a rescatar a Tigrilla cuando se precie. Eso ya son langostinos, vino y jamón, que está mal valorado el arriesgar la vida.Voy a tener que hacerme con una hucha-cerdo, de esas que además de guardarte la pasta, si estás muy solo, parece que te hacen compañía, le puedes poner hasta nombre a tu hucha... la mía se llamará Tocino, por eso de la cerdada, creo que es apropiado. Espero que no ronque.
Y bueno, toda esta parrafada era para acabar deseándoos Felices Fiestas, a los que les parezca bien que se las deseen y a los demás pues que todo siga igual, que es como estará después de que cambiemos de año. Aunque dicen que el año que viene vendrá fuerte, creo que eso lo dijeron también... todos los otros años pasados?

De malarias y esas cosas

Cuántas cosas han pasado... cuantas aventuras, algunas malas. Pero al final sólo queda la experiencia, los buenos momentos y la buena gente, que aún en el peor de los sitios podemos encontrarlos. Hace unos años estuve en África trabajando, en un país perdido en el continente olvidado por todos. En una tribu de allí. Como era de esperar en esa zona me picó el temido mosquito y tuve malaria. La malaria en realidad si se maneja bien no va más allá que una gripe española y a mi, mi superdoctora de campaña, me cogió a tiempo, casi no tuve sintomas. Allí vendían una cajita con cuatro pastillas, por un euro al cambio, que te tomabas y eliminabas el parásito completamente, porque si, la malaria es una de las principales causas de muerte y aquí le tenemos mucho miedo, pero en realidad la gente se muere porque no tiene dinero para pagarse las pastillas... un euro... La verdad es que es muy fuerte ver la situación en la que dejamos que esté esa gente, mientras nosotros nos gastamos 10 eurazos en tomarnos la "última" (los que se lo gasten, que son muchos) y en otras cosas peores. Las pastillas en cuestión eran muy fuertes, y te dejaban todo el día atontado e ido. Recuerdo que se me aparecía un leopardo, como de fuego (obviamente por algún efecto raro de las pastis) y era tan real que he decido que es mi animal totem.
Durante esos días lo pasé bien y mal, la verdad es que el equipo con el que fuí era estupendo y especial, y lleno de grandes personas. Conocí mucha gente y vi cosas muy buenas y bonitas, como en todos los viajes.
Todo lo del leopardo me recuerda sin querer a una película que me gustaba mucho de pequeño, y que tenían mis padres en su colección de VHS, "La Fiera de mi niña", una película de Gary Grant en la que hay un lío divertido con un par de leopardos. No la recuerdo demasiado, tengo que volver a verla.

De Hoteles y de Capas

Esta entrada se la voy a dedicar a un primo muy querido, aunque muy alejado de mí ahora. el primo "Gg" diremos. Todos tenemos algún familiar que ha triunfado en la vida, este es el caso de mi primo Gg. Recuerdo que cuando éramos unos críos pasabamos todos los veranos juntos, lo pasábamos muy bien y yo sentía como que éramos hermanos, Gg vivía en Italia por aquel entonces y sólo nos veíamos los veranos, pero aunque éramos unos enanos la conexión era total.
Gg siempre ha ido por delante en todo, es un tío espabilado. Recuerdo un día una conversación que tuvimos mientras jugábamos en el jardín. Tendríamos unos 5 o 6 años.

Gg: "Oye, Peter, yo de mayor quiero ser hotelero, como mi padre. Tú que quieres ser de mayor?"
Peter: "Yo de mayor, quiero ser Batman!"

Aún recuerdo que me costó decirle a mi primo favorito mi secreto, yo de mayor quería ser Batman sí, era de verdad, y era un secreto secretísimo...

Gg: "Batman? Tú eres tonto.

El no lo decía a malas y a mi no me sentó mal... Lo que me dejó intrigadísimo es el porqué yo era tonto por querer ser Batman, no lo entendía. Y tampoco entendía porque él no quería serlo, que narices era un hotelero? Un niño de nuestra edad es normal que quiera ser Spiderman, Batman, Goku... pero un hotelero?

 No se por qué me acuerdo de esto y no de otras cosas, seguramente más importantes, pero esto es real como la vida misma.
Han pasado muchos años ya y Gg es un gran empresario, con premios de los buenos y todo en su sector. Lo tenía claro. Es verdad que la vida nos separó muy pronto y me perdí muchas cosas chulas juntos, pero bueno, estamos todos bien.

Él es un empresario de éxito... y sabéis qué? Yo todavía quiero ser Batman.

Ella

No ha sido tan largo el viaje como pensaba, todo está parecido... La Bahía de las Sirenas, los bosques... incluso veo el barco de Garfio a lo lejos... todo está igual, pero es distinto. Voy dando palmas mientras me acerco, estará ella al menos?

Retorno

  Despúes de tanto tiempo... desperté... En un solo momento lo comprendí, estaba ahí sí, pero no era lo mismo. Se me había olvidado como volar... Enfrente de mí, de nuevo el cielo, las estrellas, "es hora de volver, Peter", pensé, "Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer". Ya no está Wendy, no están los Niños Perdidos, pero no importa, vuelvo a casa. Ha pasado el tiempo y Peter ya no es el mismo, los años le han ganado, menos pelo, y más vivencias reflejadas en la cara. Recuerdo esa escena de Hook cuando uno de los niños perdidos le estira la cara a Peter "Estás ahí Peter!". Buena peli de la infancia. Peter está por dentro, en el fondo sigo siendo el niño que veía Oliver y Benji, películas de Disney y jugaba a los clicks.

Vuelvo al blog ,a ver si me animo y voy escribiendo cosas, he estado viendo posts antiguos que puse y algunos ya no coinciden con mis pensamientos, pero la esencia es parecida, el tiempo nos cambia, pero seguimos siendo nosotros mismos. Ahora solo quiero volver a ser Peter y aullar a la Luna.